El gobierno de Perú descartó la posibilidad de ordenar un ingreso forzoso a la embajada de México en Lima para detener a la ex primera ministra Betssy Chávez, quien permanece en esa sede bajo asilo diplomático, informó el primer ministro Ernesto Álvarez.

Un día antes, el presidente interino José Jerí había señalado que consideraba esa opción, lo que generó preocupación por una posible violación al derecho internacional. Sin embargo, Álvarez matizó esa postura al asegurar ante la prensa que “no es posible tratar de sustraer del ámbito de la sede diplomática a una persona, por más que sea requerida por la justicia peruana”.

Betssy Chávez, quien fue jefa de gabinete del ex presidente Pedro Castillo, es investigada por la fiscalía peruana como presunta coautora del delito de rebelión, debido a su participación en los hechos del 7 de diciembre de 2022, cuando Castillo anunció la disolución del Congreso, lo que derivó en su destitución por parte del Parlamento.

La ex funcionaria recibió asilo diplomático en la embajada de México a inicios de noviembre, decisión que provocó que Perú rompiera relaciones diplomáticas con el gobierno mexicano al acusarlo de “injerencia” en asuntos internos, situación que México rechazó.

Desde la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que cualquier intento de irrumpir en la embajada mexicana en Lima para detener a Chávez constituiría una violación al derecho internacional y a la soberanía de su país. Recordó, además, el antecedente de la incursión de la policía de Ecuador en la embajada mexicana en Quito en abril de 2024 para arrestar al ex vicepresidente Jorge Glas.

“Sheinbaum subrayó que el derecho de asilo de Betssy Chávez está reconocido por las leyes internacionales y que, aunque existan diferencias políticas, éstas deben procesarse dentro del marco del derecho internacional.

Por su parte, Álvarez señaló que las declaraciones de Jerí reflejaron el malestar de “la mayoría de los peruanos” ante el hecho de que una persona investigada por un delito pueda sustraerse de la justicia. No obstante, insistió en que el gobierno peruano no contempla una acción que implique violar la inviolabilidad de la sede diplomática mexicana.

Israel mató el domingo a Ali Tabtabai, principal oficial militar del grupo militante libanés Hezbolá en un ataque aéreo en un suburbio del sur de Beirut, a pesar de una tregua negociada por Estados Unidos hace un año.

El Ministerio de Salud del Líbano informó que el ataque causó la muerte de cinco personas y heridas a otras 28. El ataque impactó contra un edificio de varias plantas, provocando que los escombros se estrellaran contra los vehículos que circulaban por la carretera principal.

Hezbolá confirmó la muerte de Tabtabai en un comunicado, lamentándolo como «el gran comandante yihadista» que había «trabajado para enfrentar al enemigo israelí hasta el último momento de su bendita vida», mostrando su antigüedad, pero sin dar detalles sobre su papel exacto.

El ataque de Israel cruzó una «línea roja», dijo el funcionario de Hezbolá Mahmoud Qmati mientras se encontraba cerca del edificio bombardeado en el suburbio de Haret Hreik, un bastión de Hezbolá.

Los líderes de Hezbolá decidirán si el grupo responderá y cómo lo hará, añadió.

En una breve declaración televisada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel no permitiría que Hezbolá reconstruyera sus fuerzas y que esperaba que el gobierno libanés «cumpla con su obligación de desarmar a Hezbolá».

El presidente libanés, Joseph Aoun, instó a la comunidad internacional a intervenir para detener los ataques israelíes.

El alto el fuego de noviembre de 2024 tenía como objetivo poner fin a un año de combates entre Hezbolá y el ejército israelí, provocados por el lanzamiento de cohetes de Hezbolá contra puestos israelíes un día después del ataque del 7 de octubre de 2023 por parte de su aliado palestino, Hamás.

Pero Israel ha mantenido ataques casi diarios contra el Líbano desde la tregua, dirigidos contra lo que afirma son depósitos de armas de Hezbolá, combatientes y esfuerzos de reconstrucción del grupo. Ha intensificado estos ataques en las últimas semanas.

Israel y el Líbano se han culpado mutuamente por las violaciones del alto el fuego desde 2024.

El autorretrato surrealista El Sueño (La cama), de la pintora mexicana Frida Kahlo, alcanzó este jueves un precio de 54.7 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s en Nueva York, convirtiéndose en la obra más cara jamás vendida de una artista mujer.

Con esta cifra, Kahlo desbancó el récord que desde 2014 ostentaba la estadounidense Georgia O’Keeffe, cuya pintura Jimson Weed/White Flower No. 1 se vendió entonces en 44.4 millones de dólares. Ahora, el nuevo referente del mercado del arte femenino es la mexicana.

La puja se llevó a cabo en la sede de Sotheby’s, instalada en el edificio brutalista The Breuer en Manhattan. El cuadro fue adquirido por un comprador que participó a través de Anna Di Stasi, directora del departamento de Arte Latinoamericano de la casa de subastas.

La venta confirma el ascenso sostenido del valor de la obra de Kahlo: El Sueño (La cama) ya había pasado por Sotheby’s en 1980, cuando fue vendida por apenas 51 mil dólares, una cifra ínfima comparada con el monto alcanzado ahora.

Frida Kahlo también ocupa el tercer puesto en el ranking de obras más caras creadas por una mujer. Su cuadro Diego y yo se vendió en 2021 por 34.9 millones de dólares. Detrás de ella se ubican artistas como Joan Mitchell, con trabajos abstractos muy cotizados, y la sudafricana Marlene Dumas, que ostenta el récord entre las pintoras vivas con Miss January, vendida en 13.6 millones de dólares.

Según Sotheby’s, Kahlo pintó El Sueño (La cama) en 1940, en un periodo marcado por fuertes tensiones personales: su complicada relación con Diego Rivera y el deterioro de su salud. En la obra, la artista se representa recostada en una cama de madera, envuelta por una manta dorada, mientras sobre los postes reposa un esqueleto de tamaño natural envuelto en cartuchos de dinamita y flores, sobre un cielo en tonos azules, lavanda y grises.

La casa de subastas destaca que la pieza integra la muerte en la vida cotidiana y la identidad, retomando la tradición mexicana de la calaca como presencia constante, más cercana que aterradora. “La muerte no es tabú ni trágica, sino íntima, bella y perdurable”, apunta el análisis de la obra.

La sesión también dejó otros resultados relevantes: la surrealista estadounidense Dorothea Tanning logró el mejor precio de su trayectoria con Interior with Sudden Joy, vendida en 3.4 millones de dólares. Asimismo, se subastaron piezas de Remedios Varo, René Magritte y Salvador Dalí, consolidando una jornada clave para el arte surrealista y moderno en el mercado internacional.