A los 96 años, reciente aún el 70 aniversario de su llegada al trono, Isabel II falleció en su residencia veraniega del castillo de Balmoral, en Escocia, arropada por toda su familia cercana. Su hijo Carlos le sucede como rey, a los 73 años y bajo el nombre de Carlos III, y todas las banderas en el Reino Unido ondearán a media asta durante los diez días de duelo nacional hasta el funeral.
El fallecimiento de la monarca se produce al cabo de un año y medio de la muerte de su marido, Felipe de Edimburgo. Pese a continuar durante meses con su intensa actividad, la Reina pasó una noche en el hospital en 2021 con síntomas de agotamiento y su salud no volvió a ser la misma desde entonces.
Suspendió durante meses sus apariciones públicas y en febrero de 2022 contrajo el Covid y empezó a tener problemas de movilidad, apoyada sistemáticamente en un bastón. Se recuperó lo justo para los fastos del Jubileo de Platino, con su doble aparición en el balcón del Palacio de Buckingham, aunque su residencia oficial había sido ya trasladada al castillo de Windsor.
El funeral se celebrará al cabo de diez días de su muerte en el Abadía de Westminster, seguido de una procesión hasta el castillo de Windsor, donde será enterrada en la cripta de la capilla de San Jorge junto a su marido, Felipe de Edimburgo, fallecido en abril de 2021.
Al cabo de dos horas, el rey Carlos hizo pública su primera declaración: "La muerte de mi querida madre, su Majestad la Reina, supone la mayor de las tristezas para mí y para los miembros de mi familia. Lamentamos profundamente la pérdida de nuestra querida Soberana y mi amada madre".
