Talibanes siguen festejando

¡Esto es Afganistán! Grita con alegría un combatiente talibán mientras se sienta en un barco pirata con algunos de sus camaradas de armas en un parque de atracciones al oeste de Kabul.
 
Con su kalashnikov o su ametralladora MP4 en bandolera, los soldados se aferran a los bancos de acero multicolores que se mueven hacia delante y hacia atrás, con sus pañuelos y turbantes al viento.
 
El lanzacohetes, que uno de ellos mecía minutos antes en sus brazos, se quedó finalmente en el suelo por precaución.
 
Los talibanes están contentos seis semanas después de la llegada del movimiento islamista a la capital afgana y su regreso al poder, dos décadas después de haber sido expulsados por una intervención estadounidense e internacional.
 
Desde entonces, la población teme un retorno al régimen fundamentalista impuesto en los años 1990, cuando la mayoría de los entretenimientos, como la música, la fotografía y la televisión, estaban prohibidos.
 
Los islamistas tratan de tranquilizar a los afganos y a la comunidad internacional, afirmando que serán menos estrictos que en el pasado.