Nueva York, EU, julio 05 de 2021.- En una soleada mañana de junio, una docena de dolientes se reunieron junto a una tumba recién cavada para enterrar a cuatro personas que quedaron en el limbo mientras la ciudad de Nueva York contenía al Covid-19.
Las víctimas eran apenas una muestra de los cientos de cadáveres que descansaban en una morgue temporal que la ciudad habilitó en lo álgido de la pandemia el año pasado y en donde aún permanecen unos 200 cuerpos, no todos víctimas del coronavirus.
La morgue temporal es un terreno enrejado en un muelle en una zona industrial de Brooklyn alejado de la vista y mente de muchas personas mientras Nueva York celebra su avance ante la pandemia, incluso con fuegos artificiales.
Pero la instalación, que la ciudad planea cerrar al finalizar el verano, sigue siendo un recordatorio de las pérdidas, turbulencias y dolorosas decisiones que hubo que tomar debido al Covid-19.
James Brown, George Davis, Diane Quince y Charles Varga murieron de diferentes causas entre tres y nueve meses antes de su entierro a mediados de junio en el espacioso cementerio Ocean View de Staten Island. Los funcionarios no encontraron a contactos cercanos.
